lunes, 5 de enero de 2009


Domingo 32 de otoño la niebla; la niebla lo invade todo. Este cuarto que no eligio, este mundo que no es el suyo y estos ojos que la miran, la buscan y aseguran conocerla. Aca la niebla, mas alla tambien la niebla.. sobre sus manos viejas como de piel de papel. Sobre los huesos de antiguo barro valiente.. todavia caminante. En el medio de toda esa niebla ella, ella de espalda hacia las ventanas arrumbradas de los presentes valdio.. de frente al avismo de su pasado, al velatorio contunio de sus memorias desvencijadas, familcas, suicidas.. A veces un sorbo de sol tibio la separa de la niebla y una lucides con vida de mariposa de dos segundos desesperada y heroica.. consigue traer a sus padres, juntar nombres con rostro y revivir un domingo en el que su amor estaba siempre vivo, en donde siempre hay baile, en donde siempre hay risa y en donde siempre es feliz como era. Un instante mas y la mariposa caera aplastada por el plomo implacable de una niebla invensible. Beso su mejilla ahora incalculablemente distante. Ella pregunta quien soy; LA NIEBLA OTRA VEZ LO INVADE TODO.

Solita en un rincon, de un tiempo que murio.
Hace algun tiempo atras, sin horas ni reloj.
Ausente en ese vals, de sinico compas... bailando en un monton, de niebla y soledad
Y yo nose, nose como llegar..

Y solo se, tan solo se cantar..

Y agradecer que puedo recordar, sus caricias piel de sol y terciopelo.

Perdida entre tu piel,

Se rie tu niñez..

Se rie y vos te vas..
te abraso donde estes
Y yo nose, nose como llegar..

Y solo se, tan solo se cantar..

Y agradecer que pude disfrutar, de tus mimos de budin y caramelo

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